Según Manuel Castells las sociedades están cambiando pero no por los avances tecnológicos sino porque la sociedad misma junto con el crecimiento económico están efectuando ese impulso.
Hoy podemos ver las diferentes características que tomó la audiencia televisiva en el trascurso del tiempo. En los ´80 hablabámos de gente que estaba poco tiempo frente a la pantalla, no más de tres horas, en los ´90, los jóvenes se fueron independizando de sus familia, partieron de sus hogares para iniciar una nueva vida, "solos". La soledad y sus ratos de óseo fueron la excusa perfecta para compartir más momentos con la pantalla chica.
Si creián que los avances habían culminado,podemos agregar a la internet, y previo a ello, el video, el walkman, la radio, entre otros. Además Castells sostiene que los nuevos medios de comunicación determinan una audiencia segmentada y diferenciada que, aunque masiva en cuanto a su número, ya no es de masas en cuanto a la simultaneidad y uniformidad del mensaje que recibe.
El autor Alejandro Piscitelli consideraba a la era de la paleotelevisión, caracterizada por un proyecto de educación cultural y popular basada en un contrato de comunicación pedagógica, en la cual los telespectadpres constituían una gran clase y los profesionales de la televisión serían los maestros. Pero la realidad marca otra cosa, la televisión hoy se utiliza para entretener, los programas culturales son poco difundidos y el rating no los acompaña. Un ejemplo de ello es dada la temática de mi blog, el programa que realiza Miguel Angel Rodriguez por TELEFE junto a Patricia Echegoyen, Manuel Vicente, Eduardo D´Angelo, entre otros tratan de recrear la idea de "teatro como en el teatro" mezclado con algunas características de la sit-com. La obra trascurre en un sólo escenario y cuenta la historia de un hombre al que siempre le pasan cosas. Un referentes del género y pionero fue Darío Víttori, que de alguna forma integró el teatro con la televisión de una manera divertida. Además Víttori utilizó de telón de fondo y escenario real al teatro. Quizá a Víttori y a su producción le faltó utilizar más los recursos tecnológicos que fue adquiriendo la televisión de los ´60 en adelante.
Seguramente los autores por ser de origen español no han tenido la posibilidad de ver a Víttori en escena, pero hoy ese formato aburriría por los tiempo que maneja entre escena y escena, no son los mismo que marca la neotelevisión en donde todo transcurre rápido. Además pensar en sketchs donde todo ocurre con proligidad y las temáticas tratadas son bien moralista hubieran perdido actualidad. Hoy se privilegia el género de lo espontáneo, las historias de familias comunes, en la que les pasa de todo, un ejemplo de ello: hijos mal educados, divorcios, peleas, homosexualidad, drogadicción, entre otras.
Es importante rescatar como lo único que no pasa de moda es la televisión como dispositivo nunca pierde el sentido de enunciación.
10/08/2006
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